
El Pez Mero, cuyo nombre científico es Epinephelus marginatus, presenta habitualmente un gran tamaño, pudiendo llegar a medir hasta 1,5 metros. Este animal tiene la mandíbula inferior algo extendida y su cuerpo es aplanado y alargado.La aleta dorsal del Pez Mero tiene una escotadura clara ubicada entre los radios blandos y espinosos. Se caracterizan por tener un color oscuro, situado entre la gama que va del marrón al verde, y también incluye motas de colores más claros o directamente blancas. Merecen especial destaque el color naranja que bordea la aleta dorsal, el azul claro presente en las otras aletas y la fuerte presencia del color amarillo en la parte inferior del animal.Los Peces Mero optan por habitar en zonas rocosas, donde exista un gran número de agujeros o cuevas. Es común avistarlos desde los 10 metros de profundidad ya que ha desaparecido de la mayor parte de la superficie del Mediterráneo a raíz de la caza indiscriminada. El Pez Mero acostumbra instalarse en una zona fija, en la que tendrá diferentes lugares donde esconderse al momento de sentirse bajo amenaza. Son animales solitarios y muy longevos, llegan a vivir hasta 50 años. Al momento de realizarse el ciclo reproductivo, es común ver a un macho de Pez Mero de gran tamaño acompañado de varios ejemplares hembra. Cabe destacar que esta variedad de Pez posee la habilidad de cambiar de sexo (las hembras se convierten en machos) lo que es fácilmente distinguible debido a la diferencia de tamaño.
Valor nutritivo:
Por su contenido moderado de grasa, el mero se considera un pescado semigraso de gran digestibilidad. Sus grasas son mayoritariamente insaturadas por lo que van a contribuir a disminuir los niveles de colesterol en sangre. El mero aporta también una elevada cantidad de proteínas de alto valor biológico y su carne supone una importante fuente de minerales, en especial de potasio, fósforo, sodio, hierro, magnesio, zinc, etc. En su composición están presentes diversas vitaminas aunque en cantidades inferiores a las que poseen otros pescados.
Tabla de composición (por 100 g de porción comestible)
Calorías 118
Proteínas (g) 16
Grasas (g) 6
AGS (g) 0.9
AGM (g) 1.8
AGP (g) 2.8
Potasio (mg) 255
Fósforo (mg) 210
Magnesio (mg) 20
AGS: ácidos grasos saturados, AGM: ácidos grasos monoinsaturados y AGP: ácidos grasos poliinsaturados.
Ventajas de su consumo:
El mero es uno de los pescados más apreciados en nuestra gastronomía ya que admite múltiples preparaciones culinarias y su carne posee un sabor y textura muy suaves. Además sus espinas se retiran fácilmente por lo que es en una buena opción para que los más pequeños consuman estos saludables alimentos que muchas veces rechazan precisamente por la presencia de las incómodas espinas. Su bajo contenido graso, hace que sea un pescado muy fácil de digerir y apto para incluir en la dieta de personas con problemas de exceso de peso. Además el saludable perfil lipídico de sus grasas, lo convierte en un alimento a tener en cuenta por aquellas personas que presenten niveles elevados de colesterol en sangre.
Criterios de calidad en la compra, manipulación e higiene:
En el punto de venta, el mero debe estar expuesto sobre una superficie inclinada con hielo picado que se renueve periódicamente. Debe conservarse a bajas temperaturas para evitar el crecimiento bacteriano responsable de su putrefacción y mal estado. En la pescadería, sabremos que está fresco si al cogerlo por la parte de la cola, apretamos con los dedos y, al hacerlo resbalar, observamos que la piel no se desprende.
Para que se conserve en óptimas condiciones lo mejor es comprarlo en el último momento antes de volver a casa. Si se va a consumir en el día o al día siguiente, se colocará en la parte más fría del frigorífico, previamente eviscerado y limpio, o en caso contrario en el congelador. Conviene no mantenerlo en refrigeración más de 48 horas después de su compra y aislarlo del resto de los alimentos para evitar así que les transmita su olor.
Si el consumo no va a tener lugar en el mismo día de su compra o al día siguiente, conviene congelarlo a -18ºC. De esta forma, mantiene en óptimas condiciones todas sus propiedades organolépticas (aroma, color, sabor...) y nutritivas durante unos 6 meses.
Por su contenido moderado de grasa, el mero se considera un pescado semigraso de gran digestibilidad. Sus grasas son mayoritariamente insaturadas por lo que van a contribuir a disminuir los niveles de colesterol en sangre. El mero aporta también una elevada cantidad de proteínas de alto valor biológico y su carne supone una importante fuente de minerales, en especial de potasio, fósforo, sodio, hierro, magnesio, zinc, etc. En su composición están presentes diversas vitaminas aunque en cantidades inferiores a las que poseen otros pescados.
Tabla de composición (por 100 g de porción comestible)
Calorías 118
Proteínas (g) 16
Grasas (g) 6
AGS (g) 0.9
AGM (g) 1.8
AGP (g) 2.8
Potasio (mg) 255
Fósforo (mg) 210
Magnesio (mg) 20
AGS: ácidos grasos saturados, AGM: ácidos grasos monoinsaturados y AGP: ácidos grasos poliinsaturados.
Ventajas de su consumo:
El mero es uno de los pescados más apreciados en nuestra gastronomía ya que admite múltiples preparaciones culinarias y su carne posee un sabor y textura muy suaves. Además sus espinas se retiran fácilmente por lo que es en una buena opción para que los más pequeños consuman estos saludables alimentos que muchas veces rechazan precisamente por la presencia de las incómodas espinas. Su bajo contenido graso, hace que sea un pescado muy fácil de digerir y apto para incluir en la dieta de personas con problemas de exceso de peso. Además el saludable perfil lipídico de sus grasas, lo convierte en un alimento a tener en cuenta por aquellas personas que presenten niveles elevados de colesterol en sangre.
Criterios de calidad en la compra, manipulación e higiene:
En el punto de venta, el mero debe estar expuesto sobre una superficie inclinada con hielo picado que se renueve periódicamente. Debe conservarse a bajas temperaturas para evitar el crecimiento bacteriano responsable de su putrefacción y mal estado. En la pescadería, sabremos que está fresco si al cogerlo por la parte de la cola, apretamos con los dedos y, al hacerlo resbalar, observamos que la piel no se desprende.
Para que se conserve en óptimas condiciones lo mejor es comprarlo en el último momento antes de volver a casa. Si se va a consumir en el día o al día siguiente, se colocará en la parte más fría del frigorífico, previamente eviscerado y limpio, o en caso contrario en el congelador. Conviene no mantenerlo en refrigeración más de 48 horas después de su compra y aislarlo del resto de los alimentos para evitar así que les transmita su olor.
Si el consumo no va a tener lugar en el mismo día de su compra o al día siguiente, conviene congelarlo a -18ºC. De esta forma, mantiene en óptimas condiciones todas sus propiedades organolépticas (aroma, color, sabor...) y nutritivas durante unos 6 meses.
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INCUYA MAS PESCADOS EN SU DIETA!!!
SON BIEN NUTRITIVOS Y MUY RICOS!!!!!
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